Escribe: Karina Flores Yataco.- Una de las razones por las cuales el programa de la internacionalmente conocida Laura Bozzo, tuvo tanto éxito, fue las dramáticas historias “reales” presentadas en sus programas, los llantos, gritos, y pataleos, era el opio de diversos televidentes.
Y aún vemos hoy en día, como programas de chismes, de dramas de la farándula local terminan por determinar el rating de cada programa, y es que los papeles de víctimas siempre han resultado atractivos para la teleaudiencia, y por qué no para los mismos noticieros que no se cansan en repetir ese tipo de historias.
En esta campaña electoral, vemos como una “víctima” ha acaparado todos los medios, como aquel candidato que era un pitufo más, se ha convertido en uno de los punteros, por diversos problemas que el “sistema” le ha impuesto y no le permite continuar, que el outsider moradito, ahora tendrá que ser de color rojito, porque ni sus propios estatutos y la normatividad electoral pudieron cumplir (y así pretenden dirigir un país). Es tremendamente curioso como la publicidad mediática ha trascendido de forma colosal para dar cabida, día, tarde, noche y hasta de madrugada a un candidato, como incluso la actual primera dama se ha pronunciado sobre ello de forma indirecta, claro la “víctima” fue trabajador de palacio finalmente, y algo de estima debe haber por ahí.
Y bueno ahora resulta que la “víctima” tiene más derecho para cumplir o incumplir la normatividad electoral, que ahora el partido al cual representa y al que se unió a mediados del 2014 (larga trascendencia partidiaria ¿no?) es su roca firme, y que es un convencido de sus propuestas (a pesar que ni sepa claramente que contiene su plan de gobierno).
Qué curioso ¿no?, que bonito es ser la víctima en tiempos electorales, parece que eso ‘pega’ a la juventud y a los medios de comunicación. Bueno lamentablemente no creo en coincidencias, a mí no me ‘pega’ la victimización, y sólo terminaría diciendo…. Que paaaaaaase el candidatoooo…